viernes, 25 de diciembre de 2015

Serú Girán - Bicicleta (1980)


“¿Quién sabe, Alicia? Este país
no estuvo hecho porque sí.
Te vas a ir, vas a salir
pero te quedas, ¿dónde más vas a ir?”

En los 70s habían reinadon las bandas de rock sinfónico -Y la Argentina poseía grandes ejemplos-, pero con el posmodernismo cada vez más presente el género fue quedándose en el tiempo. Además de Serú, a principios de los 80s vieron la luz los últimos discos de Spinetta Jade, Alas, Aucán y Espíritu, que fueron dejando el mainstream a la New Wave (nueva ola): Soda Stereo, Virus y Los Abuelos de la Nada son algunos ejemplos de este género, que venían a lavarnos la cara con una música más fresca y popular en el marco de la inminente vuelta a la democracia.

Ya en 1978, Charly García había terminado su faceta híper-sinfónica con La Máquina de hacer Pájaros para hacer algo menos frenético pero sin descuidar lo progresivo, se llamaría Serú Girán y sería el dream team argento, apodados “Los Beatles Criollos”.
Esta formación tendría a un histórico como Oscar Moro en la batería (que ya venía del mencionado proyecto anterior de Charly), David Lebón (amigo de García y uno de los más correctos guitarristas), y una promesa de las cuatro cuerdas, Pedro Aznar (que estaba en la progresiva “Alas”).
Después de una fugaz participación con el enorme Billy Bond en Billy Bond and the Jets (Su anterior nombre) y con una dictadura ya instalada, lanzarían su primer longplay, Serú Girán (1978), producido por el italiano.

Si bien contenía grandes composiciones (“Eiti Leda” y “Seminare” de las más famosas), no tuvo una buena aceptación especialmente en la prensa dominada por el gobierno de facto.
Se quitarían el abrigo de sinfónico para dejarse solamente el atuendo de progresivo, abandonando la orquesta pero manteniendo el jazz rock, y sacarían en los 3 años siguientes la misma cantidad de discos, todos con un nivel majestuoso de la mano de García. En este caso nos centraremos en su tercera placa, Bicicleta.

Lanzado en 1980, su primera canción “A los jóvenes de ayer” con sus diferentes partes y su larga duración, el más progresivo sin ser sinfónico del álbum. Una intro de 2 minutos donde el piano va tomando más preponderancia, culminando en una bajada de tempo y derivando en una especie de marcha-tanguera. Después de revisitar la primera parte, empieza otra nueva, cantada, que revive la pica del tango vs rock en la Argentina, con algún desliz político. Como siempre, las melodías de Charly son exquisitas, y cuando callan nos ponen en primer plano a un Aznar con el típico sonido del bajo fretless.

A continuación, le toca el micrófono principal a David Lebón, que muestra uno de los mejores temas de su carrera, "Cuánto tiempo más llevará" un pop rock que muta a un estribillo jazz rock lleno de precisos fills por parte de Moro. La coda, al ritmo de "Cuánto tiempo más llevará" junto al solo de guitarra cierran la estructura para darle paso a otro himno del grupo.

 “Canción de Alicia en el país”, el tercer track, es el pináculo del album. Aquí se hace más presente la crítica a la política y a la dictadura: el narrador le cuenta cómo son las cosas a Alicia, advirtiéndole cómo se vivía, mientras la música acompaña el mensaje misteriosa y tétricamente. Por supuesto que Charly tuvo que ejercitar en desmán las metáforas para evitar la censura de la época. También es un ejemplo de la facilidad por parte del músico de narrar los eventos, tanto los presentes como los pasados como sucede en “Mientras miro las nuevas olas” y sus referencia al club del clan, el pop armado como producto y el comienzo del rock. Haciendo juego con esto, la canción es la más rockera del álbum, destacándose un exaltado Moro.

El piano y los sintetizadores cubren gran parte del timbre de este álbum (como lo sería a lo largo de la década entrante), especialmente en “Desarma y sangra” canción en la que García despliega todo su virtuosismo clásico: cambios de escala radicales, amplio rango dinámico y muchas notas en poco tiempo logran captar toda nuestra atención. Los sintetizadores hacen las veces de orquesta para adornar una de las más famosas baladas del rock argentino.

En el último track, “Encuentro con el Diablo”, los integrantes se dieron el gusto de pedir prestado la armonía de “Sweet Home Alabama” de Lynyrd Skynyrd pero la melodía y la letra fue totalmente made in Seru: continúa la línea conductora del temor que vivía el país entero pero con una armonía mucho más alegre, destacándose por contraste.

Lado A
  1. A los Jóvenes de Ayer
  2. Cuánto tiempo más llevará
  3. Canción de Alicia en el país
  4. La luna de marzo

Lado B
  1. Mientras miro las nuevas olas
  2. Desarma y sangra
  3. Tema de Nayla
  4. Encuentro con el Diablo
3 temas: "Cuánto tiempo más llevará", "Canción de Alicia en el país", "Desarma y sangra".

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martes, 3 de noviembre de 2015

Árbol - Chapusongs (2002)






“Mi papá, mi mamá, nadie sabe nada
¿Dónde está? ¿Qué pasó? Desapareció.
Como un Dios, como un pez lleno de granitos
Vos sabías, digo yo, por algo será…” 

Árbol es una banda argentina formada en 1994, en Haedo y separada en 2010, probablemente ibídem. Sacaron su primer disco “Jardín Frenético” en 1996 y desde ese momento no pararon de incursionar en géneros muy distantes entre sí, sin tenerle miedo a la crítica o al fracaso.
“Chapusongs” (2002), su tercer disco, fue su primer salto a la masividad, que quedaría corto comparado con Guau (2004), su siguiente placa.

¿Y qué pasaba mientras estos muchachos estaban grabando el disco?
En el año 2001 la odisea no tenía nada que ver con en el espacio, era tener trabajo o dinero: Estallaba en el país la peor crisis económica, social y política como consecuencia de las políticas de la década anterior.
Sacando a algunos grupos que ya tenían carrera, como Los Redondos o Soda Stereo, en los 90s reinó el nuevo “rock barrial” o “rock rolinga”, un género con armonías muy simples típicas del primer rock and roll, voces sin tanto afinar y letras sencillas. Comenzando por los Ratones Paranoicos y siguiendo por Los Piojos, Jóvenes Pordioseros, Viejas Locas, La Mancha de Rolando y La 25, se empezó a agrandar el número de bandas de “rock chabón” en toda la década, y seguiría en la siguiente.
Además de estos grupos que tenían raíz en la primera etapa de los Rolling Stones, también surgieron nuevos géneros como consecuencia de la realidad del país, el ejemplo más claro es la cumbia villera. Según el mismo Pablo Lescano, uno de los fundadores de este género, la cumbia villera tiene influencias del punk rock argentino así como del rock rolinga.

Al entrar en el nuevo milenio, la contraparte alternativa que había encontrado su rincón en los 90s (Babasónicos, Massacre, El Otro Yo o Pez) fue dejando su prédica de progresar, de madurar, de superarse.
En ese contexto es cuando la banda liderada por Edu Schmidt y Pablo Romero sacan su “Chapusongs”, el primero con el sello Universal y el segundo producido por Gustavo Santaolalla.

Aquí se nota la necesidad imperiosa de salir de la simpleza del rock barrial de la década pasada,  pasan del foklore al ska, o de una polca al punk. La torta de géneros que anteriormente tenía un 70% de hardcore o grunge ahora se divide en más fracciones y de forma más equitativa. Por otra parte, se perciben guiños al pop que hacen que el trabajo tenga ambientes más alegres.

También se distingue el inmenso trabajo vocal desde la primera canción “De Arriba, de Abajo” que presenta fracciones grunge hasta la última, “Ya me voy”, en el cual cerca del final los instrumentos toman un descanso, mientras que las múltiples voces se van incorporando en un compás que se pierde para que nuestra atención caiga en el nuevo timbre que fue generado a capella
El disco consta de una instrumentación muy variada: además del formato típico de rock,  la incorporación de charangos, cuerdas, vientos (¿la orquesta en “Ya sé” le hace honor a Atom Heart mother?) y hasta algún sintetizador hacen que la degustación de los diversos estilos tengan más impacto en la escucha.

La tercera muestra de complejidad se encuentra en los compases. “Vomitando Flores” es el mejor ejemplo, aunque no el único.
La canción arranca en 4/4 con un estribillo pop. Al pasar a la estrofa, la métrica cambia a 5/8, muy poco común en el poprock, y cuando termina juega con 4/8 que da lugar al estribillo. Después de unas repeticiones, aparece una parte C, en 6/8. Nuevamente remonta el estribillo en 4/4 para mantener el control, que después se pierde en un solo de violin en 5/8. El solo sigue, pero ahora es de guitarra y en 6/8. La parte final es nuevamente un estribillo que da espacio a la segunda sección 4/4, una outro para terminar el tema.

Para terminar, la cita del comienzo del post pertenece a “Enes”,  noveno track del CD. Éste habla de la última dictadura argentina (1976-1983) la cual cometía atrocidades como secuestrar y matar (“desaparecer”) personas.  La canción tiene tres grandes partes: la primera muestra despreocupación y futilidad, bien se podría entender que es el punto de vista de las personas que pretendían no saber qué pasaba o de los que decían “algo habrán hecho”. Repentinamente  surge una parte B potente y con guitarras distorsionadas que, al terminar deja su lugar a la misma parte A pero esta vez el ambiente es mucho más terrorífico y crudo gracias al violín y la guitarra de fondo. Bien podría ser esta parte la preocupación de la población por los actos del terrorismo de estado.
La tercera parte está compuesta al grito violento de “Enes, son Enes” (NN) un pedido de justicia y de no olvidar a los más de 30 000 desaparecidos.


  1. De Arriba, de Abajo
  2. La Vida
  3. La Nena Monstruo
  4. Son Todas Putas
  5. Esperar
  6. Chapusongs
  7. Cosa Cuosa
  8. Cáscara Máscara
  9. Enes
  10. Vomitando Flores
  11. Ya Lo Sabemos
  12. Dale Vida
  13. Ya Sé
  14. Ya Me Voy


3 temas: "La Vida", "Esperar", "Enes"

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martes, 27 de octubre de 2015

David Bowie - Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (1972)





"Love descends on those defenseless
Idiot love will spark the fusion


Después de haber subido el primer escalón con “Space Oddity” (1969) y haber dado el segundo paso con un disco sin falencias como “Hunky Dory” (1971), David Bowie alcanzaría un pedestal musical del cual nunca se bajaría gracias a su quinto trabajo, que nos presenta a su primer alter ego, un extraterrestre que viene a la Tierra a avisarnos que nos quedan cinco años de existencia.
A comienzos de los 70s el rock psicodélico de finales de la década anterior estaba dejando sus frutos.

  • El hard rock de Deep Purple, Led Zeppelin o Rush, cuyas características eran un sonido más clásico, con gritos y guitarras rockandrolleras.
  • El rock progresivo sinfónico de Yes, Genesis o Procol Harum, con instrumentación, formas y composiciones típicas del siglo XVIII y XIX
  • El rock progresivo jazzístico de Jethro Tull, Traffic o Frank Zappa, que contiene improvisación y fusiones con diversos géneros
  • El art/space rock, de Pink Floyd, Lou Reed, Kraftwerk o David Bowie, el cual incluía experimentación con música concreta, electrónica o futurista.
Si bien existían álbumes conceptuales llevados a cabo de una manera más evidente como Tommy (1969) de los Who o Arthur, or the Decline and Fall of the British Empire (1969) de los Kinks, Ziggy Stardust tuvo el mismo o mayor impacto que los anteriores gracias a sus magníficas armonías, su pulida producción y sus letras distópicas, todo envuelto en un paquete lleno de furiosos colores, con purpurina y lentejuelas, listo para regalárselo a cualquier persona…sin preguntar si es hombre o mujer.

Eso es el Glam Rock, que se convertiría en mainstream a finales de los 70’s y principio de los 80’s, a veces fusionado con el Hard Rock, pero que ya no tendría a Bowie como pilar: su trilogía de Berlín y su trabajo con Brian Eno en el Rock experimental combinado con la música electrónica sería lo mejor de su carrera en pleno año del Punk.

Pero volviendo el tiempo 5 años atrás, tenemos otros 5 que nos quedan de vida. O eso nos cuenta el primer track este álbum, el cual no tiene un mínimo error en los primeros 4 temas. La hermosa “Soul Love” con ocasionales compases de 7/4, Mick Ronson y su guitarra hacen que, junto con el reverb nos lleve por todos lados con su solo en “Moonage Daydream” y “Starman”, donde escuchamos a Ziggy por la radio y a Bowie cantando la impecable melodía de su estribillo.
Con el cover “It aint easy” (bastante común en Bowie incluir versiones de otras canciones) el nivel majestuoso se toma un pequeño descanso, para después volver con Lady Stardust abriendo el lado B, una canción dedicada a su… ¿compañero? Marc Bolan, otro pionero del andrógino movimiento glam.
El disco cierra con la protopunk “Hang onto yourself”, el hit epónimo de “Ziggy Stardust”, la avasallante Suffragette city y la mitad balada mitad rock grandilocuente “Rock ‘n’ Roll Suicide” en dónde nuestro héroe perece, pero nos deja un atisbo de esperanza.

El álbum está lleno de tópicos tabú como el sexo, la homosexualidad y las drogas, que sumadas a la compleja composición armónica y a los arreglos pomposos hacen que cada canción se mantenga parada por sí sola, con su ambiente propio que a la vez es lo suficientemente diferente para no causar repetición y tener unión a lo largo del disco.
La voz de David Bowie personifica cada canción, las cuales gozan de una instrumentación perfecta, desde las cuerdas en Five Years, un saxo sintetizado en Suffragette City e incluso bajos (Trevor Bolder) preponderantes en varias ocasiones.

Lado A
  1. Five Years
  2. Soul Love
  3. Moonage Daydream
  4. Starman
  5. It Ain't Easy
Lado B
  1. Lady Stardust
  2. Star
  3. Hang onto Yourself
  4. Ziggy Stardust
  5. Suffragette City
  6. Rock 'n' Roll Suicide
3 temas: "Five Years", "Moonage Daydream", "Suffragette City"

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martes, 22 de septiembre de 2015

The Fratellis - Costello Music (2006)







"I guess you could say
it's a sick little show
a bottle of troubles
and a bed full of woe
It's easy to see without looking too far
You have to be a saint to be as sick as you are"



Los 2000s en el rock es una época extraña. Se podría decir que no surge ningún género nuevo (quien pueda describir el sonido “Indie Rock” de forma concisa sin agregar otro género al lado, que tire la primera piedra) pero sin dudas tiene sonido único.

Los últimos años de los 90s nos habían dejado con Pop (Britney Spears, NSYNC, Kylie Minogue) y Hip Hop (OutKast, Eminem, Black Eyed Peas, Snoop Dog) dominando la escena. Si bien lo que quedaba de Rock Alternativo estaba bien parado (Radiohead, Red Hot Chili Peppers, Blur, Oasis) no había señales de algo por venir. Y empezaron los revivals.


  • El revival del punk tuvo una fusión con el pop, así fue como bandas como Green Day y Blink-182 estaban en las posiciones más altas de las listas.
  • El revival del postpunk (quizás ahora más mezclado con su primo pop, el New Wave) con los Strokes como abanderados y Franz Ferdinand e Interpol como sus mejores amigos nos dieron quizás el sonido más “indie” y, así, las canciones más características de la década.
  • El revival del garage rock/punk donde nos quedaremos en esta entrada, guiada por Arctic Monkeys y con ejemplos como los Libertines o los White Stripes son la última pizca de la gran amalgama del sonido Indie -Con el Britpop siendo la sustancia X-, y donde los Fratellis supieron sacar en 2006 (mismo año que Whatever People Say…, el primero de los Arctic) Costello Music, su álbum debut el cual está compuesto de canciones menores a los 4 minutos de duración que cuentan sin rodeos historias de sexo, gritos, risas y frases inentendibles, todo desde Escocia y con un sonido muy inglés. 


Los no-hermanos Fratellis (¿vale la redundancia?) se juntaron en 2005 y para principios de 2006 ya habían lanzado un EP con el mismo nombre que le pondrían a su primer LP. Éste sería lanzado seis meses después, con la producción de Tony Hoffer (Beck, Phoenix) y sería un gran éxito llegando al número 2 de las listas del Reino Unido.

Costello Music se puede resumir en los primeros 9 segundos “Henrietta”, la canción que abre el disco.
Fuerte, con guitarras chillonas, un redoblante por demás abordonado y con estribillos y melodías pegadizas. Nos muestra lo mejor en las primeras 5 pistas, la circense “Flathead”, la balada enamoradiza de “Whistle for the choir”, y los “tururú” y “Nananá nanana” de “Chelsea Dagger” y “For The Girl.”
Exceptuando algún banjo y algún corno, los instrumentos utilizados son los típicos del rock lo que sumado a los tempos rápidos o en corcheas y la cantidad de sílabas en algunos temas hacen al disco frenético.

“Doginabag", el track 6, nos devuelve un poco más de ambiente aunque al terminar, el apresurado fill de batería de “Creeping up the backstairs” nos vuelve a meter en esa excitación típica del álbum.

En todos los temas podemos notar una compresión bastante apretada: las partes suaves y las partes fuertes no tienen tanta diferencia de nivel o volumen, lo que hace que se nos canse un poco el oído. Armónicamente no suele tener grandes complejidades, aunque en varias ocasiones no se mantiene todo el tiempo en la misma escala y usa mucho las alteraciones y las bajadas y subidas cromáticas para culminar en un reposo, lo que le da un tinte glamrock.

La banda sacó su segundo álbum Here we stand (2008) aunque irónicamente no se quedaron mucho tiempo más. Tuvieron una separación en 2009 que duró unos 4 años. En 2013 publicarían “We Need Medicine” y hace unos pocos días salió “Eyes Wide, Tongue Tied”. Sin haber escuchar este último, les diagnosticaría el síndrome “Guns and Roses”: es muy difícil seguir subiendo cuando el álbum debut posiciona a la banda muy arriba en las críticas y en las premiaciones.

Para terminar, este es un álbum que gana puntos extra si se lo escuchado de joven, en un bar, lleno de amigos para tomar algo, conocer gente y pasarla bien gritando. Aunque después te acuerdes que she made me cry... she made me cryyyy…Ohh she made me cry, Ohh she made me cry!!

  1. Henrietta
  2. Flathead
  3. Whistle for the Choir
  4. Chelsea Dagger
  5. For the Girl
  6. Doginabag
  7. Creepin' Up the Backstairs
  8. Vince the Loveable Stoner
  9. Everybody Knows You Cried Last Night
  10. Baby Fratelli
  11. Got Ma Nuts From A Hippy
  12. Ole Black 'n' Blue Eyes
  13. Cuntry Boys and City Girls*
*En algunas ediciones está como pista #3

3 temas: "Flathead", "Chelsea Dagger", "Doginabag"

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viernes, 24 de julio de 2015

¿Vinilo o CD gigante?

Cuando cada vez se ven menos discos en cualquier formato físico y todo es descarga, Youtube o bandcamp, Sony Music Argentina decidió reeditar 15 discos clásicos en la historia del Rock Nacional pero con la novedad de hacerlo en vinilo y a precios accesibles: $330 los simples y $436 los dobles.

Adecuados a la moda de estos últimos años, los artistas argentinos más importantes de las últimas décadas tuvieron un revival en el formato que más años duró siendo primero en ventas. Los 30.000 nuevos longplays fueron vendidos a las disquerías y en ellas duraron muy poco ya que la demanda fue devastadora, claro, si nos ponemos a buscar y nos encontramos que un Artaud 3ª edición puede costar $4000 mientras que uno 1ª edición (1973) sin su insert y en un estado regular puede valer cerca de $10.000 en Mercadolibre.


 Los 15 discos son: 1969 - Almendra I, 1972 - Vida, 1973 - Pescado 2, 1973 - Artaud, 1975 - Durazno Sangrando, 1976 - El Jardín de los presentes, 1977 - A 18' del Sol, 1985 - Nada Personal, 1986 - Tango, 1987 - Ruido Blanco, 1987 - Superficies de Placer, 1988 - Doble Vida, 1990 - Canción Animal, 1991 - Tango 4, 1992 - Colores Santos.





¿Pero cuál es la situación acá? Mientras que Sony se enorgullece de “respetar los errores de ortografía con los que salieron originalmente” no ponderó al sonido de los discos. Es que la grabación de estos nuevos 15 vinilos está hecha desde el máster de un CD, dejando de lado cualquier característica de un sonido analógico típico, es decir, el sonido es el mismo que la reedición en CD del disco original.Esa “calidez” que muchos audiófilos dicen que tienen las grabaciones en vinilo o cinta no se encuentra en estas ediciones ya que en la cadena Analógico (vinilo original) -> Digital (Reedición CD) -> Analógico (Reedición Longplay) las características se pierden una vez que se convierte a “unos y ceros.”

Algunos locales de vinilos no quisieron comprar estas nuevas ediciones, alegando que no eran realmente vinilos, soportando que su alma de comerciante sea derrotada por su alma de amante de la música, que creció escuchando vinilos en las décadas de los 60 y los 70. Mientras que los demás comerciantes agotaron sus ventas, Sony ya planea reeditar nuevos discos clásicos en una segunda tanda en septiembre de este año. Los afortunados serían Charly y Cerati, ambos en su etapa solista y Babasónicos, entre otros.


Pero la primera ola no se quedó ahí, en Mercadolibre ya se encuentran usuarios revendiendo dichas ediciones de 2015 a precios hasta 5 veces más de lo pagado en las disquerías (siguiendo el ejemplo, algunos Artaud llegan a $1900)
Es entendible que al momento de escuchar un disco predilecto, el arte de sacar el longplay de 30 centímetros, abrir la bandeja, posar el vinilo y bajar la aguja tenga más reconforte que apretar dos botones y poner un CD, pero inevitablemente surge la pregunta: ahora que sabemos lo que estamos comprando, ¿a qué le vamos a dar importancia? ¿Estamos dispuestos a pagar 25 veces más solo por una amplificación superficial?

miércoles, 27 de mayo de 2015

Almendra - Almendra I (1969)


"Si tus pies hoy nacieron viento
déjalos correr
y si tus manos con las plantas
déjalas crecer"


En 1969 existían muchas canciones de rock en castellano. Claro que si ponemos como requisito que fueran estrictamente de rock (tachamos El Club del Clan) y que no fueran traducciones de artistas angloparlantes (“Pity Pity”, “Dile” [Tell him]) los resultados son mucho menores. Los Gatos con su balsa fueron de los primeros pero ya estaban sonando “La Joven Guardia” con su Extraño de pelo largo, “Sandro y los de fuego” y Luis Aguilé. Pero Luis Alberto Spinetta con sus 19 años llevaría al mundo del rock en castellano a otro plano. Comenzaría así su extensa y ecuánime carrera con una banda que rompería varios cánones del rock en castellano con tan solo dos longplays.





Después de varios simples (discos de dos canciones), la discográfica RCA, que tenía en su sello a “La Joven Guardia” y a “Los Gatos”, decide costearles el primer disco de larga duración titulado como la banda, el epónimo “Almendra”.

Nueve canciones de este grupo formado en Belgrano que pasan desde baladas con guitarras acústicas (Muchacha) hasta canciones protoprogresivas de 9 minutos (¡nueve minutos! ¿Qué radio pasaría un tema así?), jugando con una poesía hermosa y críptica mientras le agrega timbres del folklore y el tango, la verdadera música argentina, lo que estaba bien, lo que estos jóvenes hippies no hacían. La prensa fue negativa, criticando la extraña tapa que no mostraba a ningún integrante de la banda, el cantar en castellano y también la diástole spinettosa (“´Plegaria para un niño dormido…”), contrariamente a la recepción del público, el cual se sintió representado por lo que componían estos cuatro muchachos, en un plano de represiones y dictadura que se viviría por unos años más.


El sonido del disco fue una de las primeras definiciones de rock nacional, canciones agresivas como “Ana no duerme” que comprende un inicio con tempo muy rápido culminando en un estribillo con tintes psicodélicos. Mientras uno se está acostumbrando a este pasaje andante, instantáneamente vuelve la estrofa rápida, como un cachetazo decidido. “A estos hombres tristes” con su síncopa típica del hardrock y afines, y “Color Humano” con varios minutos de zapada, compartiendo el protagonismo con la voz.
Además, el disco afronta otros géneros en las últimas dos canciones “Que el viento borró tus manos” en un contexto de un jazz tranquilo y “Laura va” (o ¿“Ella está dejando la casa” de Juan y Pablo?) un tema lento, con arreglos de cuerdas, bandoneón y percusión.


Pero lo que logra unir todas estas canciones mientras transcurre el disco son las melodías hermosas de Spinetta, que nos hace viajar y pensar que se podrían reproducir todas las canciones en un fogón, con guitarras y ropas largas y el efecto sería el mismo.

Lado A
  1. Muchacha (Ojos De Papel) 
  2. Color Humano 
  3. Figuración 
  4. Ana No Duerme 
Lado B
  1. Fermín 
  2. Plegaria Para Un Niño Dormido 
  3. A Estos Hombres Tristes 
  4. Que El Viento Borró Tus Manos 
  5. Laura Va
3 temas: "Ana No Duerme", "Plegaria Para Un Niño Dormido", "Laura Va"
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